OBJETIVOS: el objetivo de este estudio fue investigar si la utilización de psicofármacos está asociada a un riesgo elevado de caídas. Además, se pretendió estudiar: (a) cuáles son los psicofármacos más utilizados en una residencia de ancianos; (b) cuál es el riesgo de caída en cada uno de esos fármacos.
MATERIAL Y MÉTODOS: se realizó un estudio caso-control anidado a partir de una cohorte de pacientes ancianos polimedicados que vivían en una residencia. En el estudio, se definieron los casos como aquellos pacientes que sufrieron caídas en los últimos 16 meses (agosto de 2014-diciembre de 2015) y los controles como aquellos que no sufrieron caídas en ese tiempo. No fueron considerados los pacientes que, durante el período del estudio, fallecieron o salieron de la residencia. La información fue extraída del historial médico de los pacientes, fue recogida por un farmacéutico y una enfermera, y sólo se contabilizaron aquellos fármacos que se tomaron antes de la caída. El análisis se centró en la razón de probabilidad (Odds Ratio) de caídas por grupo terapéutico, usando un intervalo de confianza (IC) del 95%.
RESULTADOS: se analizó una muestra de 22 pacientes, constituida por 9 casos y 13 controles, asegurando así una media de 1,44 controles por caso. La muestra presentaba, en su mayoría, pacientes del sexo femenino (72,7%; n= 16), y la edad media fue de 86,4 años (DS= 4.75). Los residentes utilizaron una media de 12 medicamentos cada uno (DS= 5,57), verificándose que el riesgo de caídas fue más del doble en pacientes que tomaron 3 o más psicofármacos, aunque este dato no fue significativo (OR=2,667; IC=0,423-16,826). Se detectaron un total de 38 fármacos con elevado riesgo de producir caídas en toda la muestra. Los grupos farmacoterapéuticos más comunes fueron el de los antipsicóticos (n=20; 52,6%), seguido por los benzodiacepinas (n=10; 26,3%) y por los antidepresivos (n=8; 21,1%). Los fármacos más utilizados, independientemente del grupo farmacoterapéutico, fueron: ciamemazina (n=6; 15,8%), quetiapina (n=10; 26,3%), alprazolam (n=3; 7,9%), trazodona (n=7; 18,4%). Dada la dimensión de la muestra, los OR calculados demuestran no haber ninguna asociación entre los subgrupos terapéuticos y fármacos con un elevado riesgo de caídas, pero pueden estar apoyados por bibliografía como importantes factores de riesgo [2,3] (e.g. quetiapina: OR=4,5; IC=0,730-27,739; antipsicóticos atípicos: OR=3,2; IC=0,540-18,980; benzodiacepinas de acción larga: OR=6,0; IC=0,509-70,668).
CONCLUSIÓN: a pesar de que los resultados no demuestran que la utilización de psicofármacos pueda estar relacionada con un riesgo de caídas en ancianos, sí permitieron identificar algunos grupos farmacoterapéuticos en los que los farmacéuticos comunitarios deben vigilar durante la revisión de la medicación en residencias de ancianos, un papel importante en el futuro. Más adelante, se pretende alargar este estudio para aumentar el tamaño de la muestra y confirmar los resultados obtenidos.