MATERIAL Y MÉTODOS: estudio observacional descriptivo transversal en 400 usuarios de dos farmacias comunitarias. Los pacientes fueron elegidos de forma aleatoria. Se recogieron variables sociodemográficas, clínicas y la frecuencia de lectura de prospectos mediante una escala Likert 1- 5, (1- nunca; 5- siempre). Para ampliar la capacidad actual de medir la alfabetización en salud, nos centramos en la capacidad de usar los medicamentos de forma adecuada (alfabetización en medicamentos) utilizando como herramienta la encuesta MedLitRxSE y registrando la alfabetización documental y numérica. Consta de 4 casos sobre el uso habitual de medicamentos recetados, incorporando problemas de la vida diaria de interpretación de documentación de los medicamentos, seguimiento de instrucciones y cálculo de dosificación.
RESULTADOS: la media de edad fue de 49,65 años con un rango de 18 a 88 años. La media de frecuencia de lectura de prospectos fue de 3,22±1,60. Los enfermos crónicos (58%) leían los prospectos con una frecuencia significativamente menor que los que no eran enfermos crónicos (2,91±1,63 vs 3,65±1,46 p<0,0001). La media de preguntas del MedLitRxE acertadas fue de 10,30±3,41 (rango de 0 a 14), la de alfabetización documental fue de 7,07±2,51 (rango de 0 a 10) y la de alfabetización numérica fue de 3,23±1,09 (rango de 0 a 4). Conforme disminuye la frecuencia de lectura de los prospectos, disminuye la alfabetización en medicamentos total, documental y numérica de forma significativa (p<0,05).
CONCLUSIONES: el instrumento MedLit se ha utilizado por primera vez en farmacias comunitarias en todo el mundo. Solamente el 14,8% de los encuestados tienen una correcta alfabetización total en medicamentos, el 16% en alfabetización documental y el 56,75% en alfabetización numérica. Una menor frecuencia de lectura de los prospectos se asocia significativamente a una menor alfabetización en medicamentos. El paciente sin patología crónica lee con mayor frecuencia los prospectos de los medicamentos, frente a los pacientes que tienen una enfermedad crónica. Además, a medida que aumenta el uso de medicamentos crónicos la lectura de los prospectos es menor, siendo la frecuencia mínima para el paciente polimedicado. La diferencia que observamos puede ser debida a que el paciente crónico consideraría que consigue suficiente información del médico y del farmacéutico, o bien por una posible falta de motivación del paciente que deriva en un déficit de autocuidados de su patología. La lectura de los prospectos podría reducir el riesgo de desconocer la medicación de los pacientes crónicos y mejorar la seguridad y la efectividad de los tratamientos farmacoterapéuticos. La alfabetización en medicamentos debe ser un objetivo prioritario de la farmacia comunitaria, lo que redundará en una mejor adherencia al tratamiento en el paciente crónico y menores problemas relacionados con el uso del medicamento.