INTRODUCCIÓN: la farmacia comunitaria se define como la farmacia que tiene una vocación de servicio hacia su comunidad. Actualmente, la Ley 29/2006 de 27 de julio reafirma a las farmacias como establecimientos sanitarios privados de interés público e incorpora el concepto de atención farmacéutica en su articulado, reconociendo así la labor del farmacéutico como agente de salud. ¿Cuál es la realidad de la farmacia en les Illes Balears? ¿El farmacéutico comunitario está actuando como un verdadero agente sanitario? Nos proponemos analizar a través de un DAFO, las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades.
OBJETIVO: identificar los elementos necesarios para ayudar a la farmacia comunitaria de Baleares a saber en la situación en la que se encuentra actualmente y definir los cambios estructurales que necesita.
MÉTODO: definimos las debilidades y fortalezas mediante un análisis interno, así como las amenazas y oportunidades mediante uno externo. A partir de dichos análisis se proponen una serie de mejoras.
RESULTADO: entre las debilidades observadas están la escasa comunicación con el resto de profesionales sanitarios, falta de formación, la carga de trabajo burocrático y de gestión, trabajar en núcleos aislados y con diferente percepción de la profesión. Entre las amenazas la más relevante es la exclusión de la red asistencial del sistema sanitario público que conlleva a un desconocimiento de nuestra labor asistencial. Otra es la falta de desarrollo normativo en la atención farmacéutica. Entre las fortalezas destacamos la capacitación, conocimientos y habilidades del farmacéutico comunitario y la amplia capilaridad y cobertura del territorio nacional que serían las más notables. Las oportunidades a recalcar serían la contribución a la eficiencia y a la sostenibilidad del sistema sanitario y la visión de la farmacia comunitaria como recurso social y elemento cohesionador de barrios. La aparición de la sociedad científica que ejerce su actividad en la Farmacia comunitaria (SEFAC) también supone una fortaleza para nuestra labor, así como la receta electrónica que unifica la actuación de los profesionales sanitarios frente al paciente.
CONCLUSIONES: esta situación de debilidad y amenaza que supone la falta de comunicación no permite desarrollar nuestra labor como verdaderos agentes de salud integrados en la red asistencial de nuestra Comunidad. Proponemos, basándonos en nuestra fortaleza en conocimiento del medicamento y amplia capilaridad y teniendo en cuenta entre la oportunidad de la aparición de la receta electrónica, el desarrollo de proyectos de mejora en la comunicación y participación que nos ayuden a desarrollar los SPF con la finalidad de actuar en beneficio del paciente de forma multidisciplinar.