PRESENTACIÓN: paciente varón de de 80 años de edad. Ingresa en el hospital tras visita a Urgencias por dolor abdominal epigástrico. Al alta hospitalaria después de una semana de ingreso, la mujer del paciente acude a la farmacia comunitaria a retirar el tratamiento prescrito con el alta (Clexane® 60mg; Zinnat® 500mg) con ambas recetas y con una hoja de información que indica: Clexane® 60 1 inyección cada 12h hasta el sábado 26 de marzo, Sintrom® ¼ cp desde el viernes 25 de marzo, Lunes 28 de marzo control de sintrom®.
INTERVENCIÓN: al ser el paciente habitual de la farmacia, conocemos su tratamiento farmacológico antes del ingreso, y el sintrom® prescrito al paciente por su médico de atención primaria es de 1 mg. No obstante, se comprobó con la receta electrónica. Tratamiento farmacológico crónico antes del ingreso: Sintrom® uno geigy 1 mg 60 cp, Famotidina 40 mg 28 cp. 1/24h, Angiodrox® 90 60 cp. 1/12h, Lyrica® 25 56cp. 1/8h, Duodart® 0,5/0,4mg 30cp. 1/24h. Se preguntó a la cuidadora si le habían hecho receta del sintrom® o le habían facilitado algunos comprimidos del mismo, a lo que contestó con una negativa ya que tenía en el domicilio por tenerlo prescrito como tratamiento crónico antes del ingreso. Se solicitó al paciente si tenía algún informe de alta o algún documento adicional, trayéndonoslo una hora más tarde. En el informe de alta especificaba en lo que al sintrom® se refiere: Sintrom® 4mg: Desde el viernes 25 de marzo ¼ de cp cada 24h. Próximo control el lunes 28 de marzo. Se informó y explicó a la cuidadora que el paciente ha de tomar 1 cp de sintrom® 1mg y no ¼ del mismo, y que para evitar errores posteriores advierta en el control que el sintrom® del que dispone es de 1 mg. Se repasó con la cuidadora el uso del clexane® y del resto del tratamiento.
RESULTADO: el paciente procedió a tomar la dosis correcta del sintrom® evitando los posibles riesgos derivados de una dosis incorrecta.
CONCLUSIONES: el farmacéutico comunitario por sus conocimientos, profesionalidad, accesibilidad y situación al ser el primer profesional sanitario al que el paciente ve tras el alta hospitalaria, puede y debe contribuir a la conciliación del tratamiento farmacológico al alta hospitalaria y debe estar alerta para detectar las modificaciones en sus prescripciones. Una mayor coordinación entre los diferentes profesionales que acompañan al paciente en su paso entre los diferentes niveles asistenciales, y la integración del farmacéutico comunitario en dichos equipos, ayudaría a minimizar errores incluso en pacientes no habituales de la farmacia.