JUSTIFICACIÓN: el plan de salud (PS) de referencia indica que son necesarias líneas estratégicas que fomenten la coordinación entre los prescriptores y dispensadores para mejorar la adecuación de los tratamientos y en consecuencia la seguridad del paciente. El PS sugiere al farmacéutico de primaria (FAP) como posible agente de coordinación entre ámbitos.
OBJETIVO: crear una comisión de farmacia clínica entre atención primaria (AP) y atención comunitaria (AC) para mejorar la atención farmacéutica a la población, a través de la adecuación de los diferentes tratamientos y la adherencia a los mismos.
MÉTODO: la comisión de farmacia clínica (CFC) está formada por un FAP, seis farmacéuticos comunitarios (FC) responsables de comunicación en sus zonas de influencia, dos FC de soporte, un farmacéutico experto en farmacia clínica comunitaria. Se incorpora a clínicos de AP en base a los aspectos a trabajar. El ámbito de actuación son seis centros de AP (CAP) y 58 FC. La CFC se reúne cada dos meses y se priorizan las acciones de acuerdo con las acciones de los grupos clínicos de la AP; a estos se incorpora la figura del FC. La comunicación se establece por correo electrónico, sesiones clínicas en el CAP y por grupos de watts. La CFC está avalada por la dirección médica de la AP y por el colegio de farmacéuticos del territorio.
RESULTADOS: desde febrero del 2018 hasta la actualidad se han llevado a cabo 4 líneas de trabajo entre la AP-AC:
- Sesiones en el CAP de formación del medicamento compartida entre FC, FAP, medicina de familia y enfermería: inhibidores de la bomba de protones, mejora de la utilización de vitamina D y uso racional de los antibióticos
- Actuación sobre el uso adecuado de la vitamina D.
- Adecuación de los antibióticos en las molestias urinarias.
- Interconsultas farmacéuticas: sobre el medicamento y clínicas en el contexto COVID-19.
CONCLUSIONES: la CFC nos dota de un marco de actuación para la coordinación y la cooperación entre FAP y la FC. Esta permite mejorar la atención farmacéutica que reciben nuestros pacientes, mejorando la adecuación de los tratamientos, así como la adherencia a los mismos. El modelo de trabajo ha sido muy bien aceptado por los profesionales de todo el ámbito territorial. Debemos seguir avanzando en el desarrollo de una farmacia clínica compartida entre AP-AC, promoviendo al mismo tiempo liderazgos de equipos y de territorios entre las distintas disciplinas de la farmacia.