JUSTIFICACIÓN: el cáncer de piel supone un problema de salud pública a escala mundial, cuya incidencia ha aumentado en las últimas décadas. El número de casos nuevos de melanoma es de 22,2 por cada 100,000 al año, estimándose la incidencia de carcinomas basocelulares (CBC) y carcinomas espinocelulares (CEC) entre 18-20 veces mayor que en el melanoma. Esta incidencia puede ser incluso mayor que la indicada, debido a una posible subestimación.
OBJETIVOS:
• Detección precoz de cáncer melanoma y cáncer no melanoma, así como el riesgo de padecerlo, en pacientes que acuden a la farmacia comunitaria.
• Acercar el paciente al dermatólogo a través de la farmacia comunitaria.
• Evitar consumo de recursos y una mejor planificación y gestión sanitaria.
MATERIAL Y MÉTODOS: se realiza un estudio observacional transversal en una farmacia comunitaria entre enero de 2018 y junio de 2020. La población diana es todo paciente que acude preocupado por algún lunar o mancha, o derivado desde otro servicio y que reúna los criterios de riesgo. Una vez que el paciente acepta entrar en el servicio, se le dirige a la ZAP, firma la normativa de protección de datos, y tras una breve entrevista se le realiza dos fotos a la lesión sospechosa, una a tamaño real y otra con un dermatoscopio acoplado a un dispositivo móvil. Ambas fotos junto con la entrevista son enviadas a un servicio de dermatología, y en el plazo 24-48 horas es remitido el posible diagnóstico médico.
RESULTADOS: se registraron 31 pacientes, de los cuales 12 fueron derivados al dermatólogo Y el resto a su médico de atención primaria. El 66 % eran mujeres. Con un promedio de edad de 63 años. El 54 % fue diagnosticado como lesión benigna. El 15 % como queratosis actínica y 23 % cáncer no melanoma. Tan solo un caso fue dudoso tras la dermatoscopia.
CONCLUSIONES: la detección precoz, al igual que en cualquier tipo de cáncer, es muy importante. Y dada la capilaridad del farmacéutico comunitario, puede jugar un papel fundamental en esta patología. La teledermatología es una herramienta que en la mayoría de las ocasiones es muy útil para el dermatólogo y de la que puede hacer uso el farmacéutico en colaboración con este. Según revelan los datos, más de la mitad de los pacientes que utilizó el servicio tenía una lesión por la que no se tenía que preocupar, lo que conlleva a un ahorro de recursos y una mejor planificación.