La primera decisión que hay que tomar ante una demanda de indicación farmacéutica (IF) es si el paciente debe ser derivado al médico o si podemos tratarlo nosotros. De esta decisión depende la seguridad del paciente.
OBJETIVO: estudiar las derivaciones a un servicio médico en los pacientes del estudio I-VALOR.
MÉTODO: se seleccionaron cinco problemas de salud frecuentes en la farmacia y se elaboraron unos criterios de derivación (CD) que se consensuaron con sociedades médicas (SEMERGEN y semFYC). Cuando el paciente solicitaba el servicio de IF sobre uno de esos problemas de salud se aplicaban los CD. Si el paciente cumplía alguno debía ser derivado, pero el farmacéutico tenía la posibilidad de no hacerlo si así lo consideraba. El paciente siempre tenía la posibilidad de rechazar esa propuesta. Los datos se registraban en una web (www.ivalor.es) junto con la edad y sexo del paciente y quien hacía la consulta, el paciente, cuidador o un tercero.
RESULTADOS: durante el periodo de estudio fueron atendidos 37.706 pacientes. De ellos 14.079 (37%) presentaban algún CD. De estos, el farmacéutico decidió no derivar a 1.720 (12%) aunque presentaban algún CD. De los restantes 12.359 a los que se propuso la derivación la rechazaron 1.352 (11%), por tanto se derivó finalmente a 11.007. Esto es un 29% del total de pacientes atendidos. Si lo estudiamos por edades el 58% de los mayores de 65 años tenían CD, de los cuales al 8% no derivamos, y del restante 92% el 9% no acepta, derivando finalmente al 49% de los pacientes atendidos. En menores de 15 años los datos son 48%, 9%, 91%, 5% y finalmente derivamos al 42%. Entre 15 y 65 años los datos son 32%, 15%, 85%, 13% y finalmente derivamos al 23%. Las diferencias entre los grupos de edad son muy significativas (p<0,001). Si lo estudiamos en función de quien acude a la farmacia, paciente, cuidador u otro vemos que el cuidador acude el 15% de los casos, otra persona el 6% y el paciente el 79%. Pero no se distribuye uniformemente entre las diferentes edades. El cuidador supone un 85% en menores de 15 años, un 5% entre 15 y 65 y un 25% en mayores de 65. En todas las edades decidimos no derivar menos veces cuando viene el cuidador (8% 11% 5% respectivamente por edad), y también rechaza menos veces (4%, 12% 7%).
DISCUSIÓN: los CD se consensuaron con sociedades científicas médicas pero son orientativos, no son vinculantes y por tanto hay situaciones en las que el farmacéutico decide no aplicarlos. En otros casos es el propio paciente el que, haciendo uso de su autonomía, decide no aceptar la derivación. Es significativo que los que más rechazan la derivación son los adultos entre 15 y 65 años y también es el grupo de edad en el que más decidimos no derivar. Las decisiones de no derivar y los rechazos también dependen de quien acude a la farmacia, sea el paciente, cuidador u otra persona.
CONCLUSIÓN: los CD consensuados con sociedades científicas medicas son una herramienta muy útil pero no se aplican en el 100% de los casos.