JUSTIFICACIÓN: debido a la urgencia y necesidades asociadas a la crisis sanitaria originada por la COVID-19, y dado que se decretó un estado de alarma que implicaba restricciones de movilidad, se autorizó a la farmacia comunitaria de forma temporal y excepcional la realización de dispensación domiciliaria.
OBJETIVOS:
• Protocolizar el servicio.
• Cuantificar el servicio y describir el perfil del paciente demandante.
MATERIAL Y MÉTODOS: en primer lugar, se determinó cual era la población susceptible del servicio, siendo cualquier paciente sin posibilidad de apoyo de otras personas de su entorno, y con: a) problemas de movilidad; b) enfermedad aguda (COVID-19 u otros procesos que cursen con fiebre o con síntomas de enfermedad infecciosa); c) procesos crónicos complejos incluidos en los grupos de mayor riesgo de infección por COVID-19; d) Personas que por su edad o especial fragilidad fuesen más vulnerables al contagio; y e) situación de cuarentena domiciliaria por COVID-19. Se describieron las medidas de seguridad a seguir por los farmacéuticos encargados del servicio. Se consideró imprescindible que los pacientes que optasen por esta modalidad de dispensación se pusieran en contacto telefónico con la farmacia. En esa llamada solicitaría la medicación distinguiendo entre medicación de prescripción y aquella que no lo necesitase. En el caso de la primera situación se solicitaba el número DNI para acceder a su tratamiento. Una vez que se sabían los medicamentos a dispensar se rellenaba una hoja de pedido y un justificante de entrega. Durante este proceso, si se percibía la necesidad de prepararle su medicación en un sistema personalizado de dosificación (SPD) se le ofrecía el servicio.
RESULTADOS: de las 21 dispensaciones realizadas, el 76 % de los pacientes eran varones. El 14 % de los pacientes vivía solo, el resto vivía con su cónyuge o un cuidador. Todos ellos eran vulnerables al contagio, y sin síntomas de enfermedad infecciosa. El 67 % no conocía el proceso de uso de los medicamentos y al 61 % se le proporcionó SPD. A todos se le facilitó educación sanitaria y al 33 % información personalizada de los medicamentos.
CONCLUSIONES: es necesaria la atención farmacéutica de aquellos pacientes que por su condición sanitaria no pueden acudir a la farmacia comunitaria. Para ello se tiene que impulsar el desarrollo profesional del farmacéutico comunitario en el ámbito domiciliario. No solo es fundamental la dispensación domiciliaria puesta en marcha durante la pandemia, sino además el resto de servicios profesionales farmacéuticos asistenciales (SPFA) que engloba la atención farmacéutica domiciliaria.