INTRODUCCIÓN: la adolescencia es una etapa de cambios en la que muchos de los hábitos alimentarios que se adquieran persistirán durante toda la vida adulta. De ahí la importancia de la intervención del farmacéutico comunitario en la detección temprana del distanciamiento de los sanos patrones mediterráneos. Palabras clave: dieta mediterránea, adolescentes.
OBJETIVO: valorar los hábitos dietéticos y su adherencia a la dieta mediterránea, de una muestra representativa de estudiantes valencianos.
MATERIAL Y MÉTODOS: es un estudio de tipo observacional transversal realizado sobre una muestra de 330 jóvenes valencianos de entre 1218 años de edad, siendo la media de edad de 15,61 años. De los cuales 182 (52 %) de los participantes eran chicas y 148 (48%) eran chicos. El estudio se realizó entre los meses de octubre de 2009 y febrero de 2010 en siete Institutos de Educación Secundaria y dos Centros de Formación Profesional de Valencia y de la Comarca de L’Horta, por parte de un equipo de farmacéuticos comunitarios.
RESULTADOS: la un ingesta de pescados y mariscos para los jóvenes es de 12 raciones a la semana, el consumo de carnes es de 35 raciones por semana, las verduras suelen consumirlas 1 o 2 veces a la semana, la ingesta de huevos es de 1 o 2 días a la semana, la toma de frutos secos es de 1 o 2 veces a la semana, y por último, el consumo de pan, cereales, arroz y pasta es de 35 raciones a la semana.
DISCUSIÓN: los hábitos alimentarios de los jóvenes están cambiando y el estudio pone de manifiesto que los adolescentes no cumplen con las recomendaciones de la dieta mediterránea en cuanto al consumo de pescados, huevos, carnes, frutos secos, verduras, pan, pasta, cereales y arroz. Sin embargo, hay una tendencia a incorporarse a los nuevos modelos caracterizados por un consumo excesivo de carnes rojas y derivados, así como de azúcares. Ante esta situación, la actuación de los farmacéuticos comunitarios es esencial para educar a nuestros menores e impulsar una dieta sana, variada y equilibrada como lo es la dieta mediterránea se deben tomar medidas cuanto antes para corregir estos hábitos alimentarios, siendo reconducidos hacia el sano patrón mediterráneo. Se debería fomentar el consumo de pescado, y cambiar el consumo de azúcares simples, de los dulces y bombones por frutos secos. Asimismo se debería fomentar el consumo de hidratos de carbono complejos como el pan, las pastas, el arroz, así como de verduras y legumbres.