JUSTIFICACIÓN: en el año 2014, el término declive cognitivo subjetivo (DCS) fue introducido para describir aquella condición basada en la percepción que tiene el adulto mayor sobre su propio deterioro cognitivo. En la actualidad, este término se considera el estadio previo a lo que se conoce como deterioro cognitivo leve, medible mediante cuestionarios neuropsicológicos y pruebas funcionales. Se ha estimado un incremento del riesgo de evolución a deterioro cognitivo o demencia del 40-62 % en la población con DCS. Por lo que este grupo poblacional constituye una muestra adecuada de estudio y seguimiento, con el futuro objetivo de implementar estrategias de estimulación cognitiva.
OBJETIVOS: el objetivo del estudio fue encontrar asociaciones entre diferentes variables relacionadas con el estilo de vida y puntuaciones compatibles con deterioro cognitivo.
MATERIAL Y MÉTODOS: estudio de casos y controles con 497 participantes con edad mayor o igual a 50 años con quejas subjetivas de memoria (DCS cuando presentaban un correcto desempeño en los cuestionarios neuropsicológicos) en 19 farmacias comunitarias. En dichas farmacias se realiza cribado de deterioro cognitivo mediante tres cuestionarios neuropsicológicos (Memory impairment screening, Fluidez verbal semántica y Short Portable State Questionnaire) y encuesta de variables relacionadas con la demencia en la bibliografía actual. El estudio ha sido aprobado por el Comité Ético de Investigación Clínica Hospital Arnau de Vilanova.
RESULTADOS: el 30,8 % de los pacientes obtuvo puntuaciones compatibles con deterioro cognitivo (n = 153). El alto nivel educativo, la lectura y el uso de internet se asoció estadísticamente (p < 0,05) con una reducción del riesgo de obtener puntuaciones compatibles con deterioro cognitivo (37 %-91 %, 7 %-18 % y 67-86 %), mientras que una hora extra de televisión/día aumentó el riesgo en un 8 %-30 %.
CONCLUSIONES: el alto nivel educativo y la lectura son variables documentadas como potenciadoras de la reserva cognitiva, y con ello, asociadas con un menor riesgo de desarrollo de demencia. Sin embargo, el uso de internet es una variable con escasas referencias bibliográficas y que podría suponer una herramienta prometedora frente a la demencia, a falta de confirmación en estudios de seguimiento longitudinales.