PRESENTACIÓN: mujer de 48 años acude a farmacia por cefaleas frecuentes. Quiere descartar que sea por problemas de hipertensión arterial, aunque ella no está diagnosticada ni tratada por esta patología, ni por ningún otro problema de salud. Se le realiza medición de presión arterial (AMPA) en la farmacia, observándose valores elevados de tensión arterial. Se ofrece a la paciente un seguimiento registrado de su tensión arterial durante cinco días, realizando cada día tres medidas por la mañana y otras tres por la noche. Una vez transcurridos los cinco días se detectan valores elevados de tensión arterial.
INTERVENCIÓN: observamos un posible caso de hipertensión oculta sin diagnosticar. Antes de derivar al médico se propone a la paciente incluirla en el servicio de monitorización ambulatoria de presión arterial (MAPA), aceptando dicho servicio. Una vez realizado el MAPA 24 horas, se observan valores inadecuados de PA, sobre todo al despertar y horas posteriores. Tras analizar los resultados derivamos al médico mediante una hoja de interconsulta en la que le adjuntamos los resultados del MAPA. La paciente, tras acudir al médico, vuelve con una prescripción de enalapril 20 mg. Tras la dispensación de este medicamento ofrecemos a la paciente un servicio de seguimiento farmacoterapéutico para evaluar la eficacia del tratamiento. Durante el seguimiento se detectó un problema relacionado con el medicamento (PRM), que consistía en un fuerte dolor torácico, siendo este un efecto secundario frecuente del enalapril 20 mg. Tras este nuevo episodio se deriva al médico, con la correspondiente hoja de interconsulta.
RESULTADO: tras estas intervenciones farmacéuticas, el médico prescribe un nuevo antihipertensivo, candesartan 8 mg. De esta manera desaparece el PRM y la paciente consigue controlar la hipertensión arterial.
CONCLUSIÓN: con este caso demostramos la importancia de la intervención del farmacéutico. La monitorización ambulatoria de presión arterial (MAPA) es un servicio muy importante que deberíamos incluir en la cartera de servicios de cualquier farmacia comunitaria. Es una de las herramientas más determinantes, a realizar por el farmacéutico, para el posterior diagnostico por el médico de la hipertensión arterial. No menos importante es el SFT, donde observamos posibles PRM y facilitamos la adherencia al tratamiento.