PRESENTACIÓN: varón de 27 años, buen estado de salud, en tratamiento con Levotiroxina 150 mcg por hipotiroidismo.
VALORACIÓN: durante los últimos meses acude en más ocasiones a la farmacia a retirar medicación para su patología. Al preguntarle por este motivo nos dice: "Últimamente voy al gimnasio y se me ha descontrolado el tratamiento con levotiroxina. Mi médico dice que es normal puesto que he perdido mucho peso y me está ajustando la dosis". Decidimos incluirlo en el servicio de seguimiento farmacoterapéutico (SFT) de nuestra farmacia. Ha pasado de levotiroxina 150 mcg a 125 mcg y posteriormente a 100 mcg. Es un cambio sustancial pero, dado que el cambio de peso y de forma física ha sido muy notable, tal cambio parece lógico. Meses después acude a la farmacia a retirar su medicación, pero en este caso retira su dosis normal de levotiroxina (100mcg), así como dosis menores (75 mcg y 25 mcg) ya que ha vuelto a referir cefaleas, hipersudoración, picores y cuando hace deporte siente "más calor y se pone rojo como un tomate". Ha sentido palpitaciones y ritmo cardiaco irregular. Refiere que no ha habido cambios en su estilo de vida y que su médico está desorientado, ya que no logra explicar por qué se ha descontrolado el tratamiento. Para explicarlo, ha prescrito análisis sanguíneos y lo deriva al endocrino.
INTERVENCIÓN: durante una visita de SFT se le pregunta si está suple-mentando la rutina física con algún preparado del gimnasio. La respuesta es positiva, está suplementando su entrenamiento con "proteínas", "aminoácidos" y un "preparado americano" que según su instructor es definitivo, llamado "LIPO-6X". Este producto "milagroso" contiene cafeína, tiramina, feniletilamina... Tras estudiar la composición, se remite informe al médico para saber si el paciente le ha referido tales suplementos, obteniendo una respuesta negativa. Informamos al paciente que este producto está totalmente contraindicado para enfermos tiroideos y que debe dejarlo de inmediato, centrarse en una buena dieta y el ejercicio físico.
RESULTADO: un mes después de la intervención el paciente acude a la farmacia a comunicar que sus síntomas han cesado y su médico ha cancelado de momento sus análisis sanguíneos y la visita al endocrino, ya que se encuentra mejor y su dosis vuelve a ser estable.
CONCLUSIÓN: esta intervención demuestra la gran utilidad de la farmacia comunitaria para el SNS, ya que gracias al SFT hemos mejorado la salud del paciente y evitado pruebas diagnósticas que supondrían gran coste a la administración pública.