JUSTIFICACIÓN: muchas enfermedades crónicas son prevenibles. Las intervenciones de promoción de la salud y mejora de estilos de vida reducen estas enfermedades.
OBJETIVO: desarrollar una intervención de cambio de conductas de salud que aproveche los recursos de salud y comunitarios dirigida a personas entre 45 y 75 años que presentan como mínimo 2 riesgos (fumador, inactividad física y/o dieta inadecuada) en atención primaria y comunitaria.
METODOLOGÍA: siguiendo las recomendaciones del Medical Research Council se realizaron las fases 0, 1 y 2 para intervenciones complejas que incluyeron revisión bibliográfica de teorías de promoción de la salud, estudio cualitativo con profesionales y pacientes y prueba piloto para evaluar la factibilidad y aceptabilidad.
RESULTADOS: la intervención está dirigida a personas que presentan como mínimo 2 de las 3 conductas de riesgo. Los pacientes son identificados en la consulta y el profesional propone la intervención en base a la situación de cada paciente y los recursos de la comunidad. Se proponen tres intervenciones para modificar el estilo de vida de los participantes, centradas en el tabaco, la alimentación saludable y la actividad física. Con el cambio en estas conductas se pretende impactar en las enfermedades respiratorias, obesidad, diabetes, HTA, colesterol y riesgo CV. En cada intervención, se explora el estado motivacional en que se encuentra el paciente para saber si es factible pedirle un cambio de comportamiento o si todavía se está en una fase prematura (modelo transteórico de Prochaska) y se evalúa mediante cuestionarios el consumo de tabaco, fruta y verduras y actividad física realizada en el último mes para realizar una intervención que incluye un comportamiento individual (desde la consulta), grupal (talleres en alimentación y deporte) y desde la comunidad con prescripción social y refuerzo comunitario.
CONCLUSIONES: la intervención EIRA de promoción de conductas saludables es aplicable en atención primaria y otros servicios comunitarios, como la farmacia. A pesar de que la intervención utiliza recursos comunitarios, la implicación de las farmacias comunitarias aún es limitada. Como agentes de salud, los farmacéuticos son clave en el cribado y promoción de la salud. Para poder aplicar este tipo de intervenciones, el farmacéutico debe conocer las técnicas de exploración y cambio motivacional. Este primer paso orienta al profesional que evalúa si es factible pedirle un cambio de comportamiento o si todavía se está en una fase prematura.