PRESENTACIÓN: paciente mujer, de 77 años de edad, que acude a la farmacia comunitaria solicitando la medida de presión arterial y refiriendo visión doble y mareos. En tratamiento farmacológico con Furosemida 40mg: 2-0-0, Espironolactona 25mg: 0-2-0, Losartan 50mg: 1-0-0, Baclofeno 10mg: 1-1-1, Metamizol magnésico 575mg : 1-1-1, Tramadol retard 50mg: 1-0-1, Omeprazol 20mg: 1-0-0, Simvastatina 20mg: 0-0-1, Lormetazepam 1mg: 0-0-1. Una vecina le ha dicho que la causa de los mareos es la toma del tramadol. La paciente está pensando en dejar de tomarlo pero tiene dolores.
INTERVENCIÓN: se invita a la paciente a pasar a la ZAP y se procede a realizar la toma de la medida aislada de presión arterial en farmacia comunitaria (MAFC) según protocolo. Se pregunta acerca de su medicación y si ha habido algún cambio reciente en su tratamiento. Se explora si está tomando algún medicamento no sujeto a prescripción o algún complemento nutricional o producto a base de plantas. La paciente comenta que hace 4 días le han aumentado la furosemida de 1 a 2 comprimidos al día por retención de líquidos. Refiere no estar tomando ningún otro medicamento no sujeto a prescripción, ni complemento nutricional o producto a base de plantas. Ha suprimido la ingesta de sal. Desde hace 4 días, está tomando además 1 comprimido de seguril® 40mg por las mañanas. El seguril® se lo prescribieron en una visita a urgencias hace varios meses, pero la paciente tenía este medicamento en casa.
RESULTADO: los valores obtenidos en la MAFC son de TAS/TAD/FC: 150/90/72. Se le explica a la paciente que no debe volver a tomar el seguril® sin consultar con el médico o farmacéutico, aunque se lo hubiesen prescrito con anterioridad. Su tratamiento farmacológico ha cambiado de entonces a ahora, y su situación fisio-patológica puede ser también diferente. La aparición de visión borrosa y mareos puede ser debido al aumento de dosis de furosemida (se ha triplicado). La poliuria como consecuencia de la administración de furosemida puede producir una pérdida excesiva de fluidos con la consecuente deshidratación y desequilibrio electrolítico. Una elevada dosis de furosemida asociada a una disminución de la ingesta de sodio con la alimentación pueden incrementar estos efectos. Los efectos adversos de la furosemida son dosis-dependientes. Entre las reacciones adversas de la furosemida se incluyen mareos, vértigo, visión borrosa y xantopsia. Se procede a escribir un informe al médico que se hace llegar a través del paciente. La paciente regresa a la farmacia al cabo de una semana informando de la reducción, por parte del médico, de la dosis de furosemida a 1 comprimido de 40mg al día. Dice encontrarse bien y manifiesta que han remitido los mareos y problemas oftalmológicos.
CONCLUSIONES: el farmacéutico comunitario por sus conocimientos, profesionalidad y accesibilidad puede contribuir a resolver los problemas relacionados con el tratamiento.