OBJETIVOS: el objetivo principal es analizar el motivo por el que los usuarios acuden a una farmacia comunitaria de Zaragoza a medir la presión arterial. El objetivo secundario es analizar si los pacientes a quienes prescribieron la medicación para la hipertensión tienen los valores de presión arterial controlados, ya que podría ser indicativo de la adherencia al tratamiento.
MATERIAL Y MÉTODOS: estudio observacional, prospectivo. Se preguntó a los usuarios el motivo por el que solicitaban la toma de tensión arterial en una farmacia comunitaria de Zaragoza durante un periodo de 10 días en el mes de marzo de 2018. Se pasó una encuesta en la que se analizó: edad, sexo, cifras de presión arterial, frecuencia cardiaca y si el motivo fue: 1) indicación médica, 2) sintomatología asociada, 3) control rutinario. Se preguntó a los usuarios si tenían instaurado un tratamiento. Se siguieron los criterios instaurado en el programa IMPACHTA para derivación al médico. Criterios de inclusión: usuarios mayores de 18 años que solicitaron la medida de la presión arterial.
RESULTADOS: dentro de la muestra de pacientes (43 pacientes) 18 eran hombres (48,65%) y 27 mujeres (72,97%). La edad media era de 64,7 años, con una edad máxima de 84 años y una edad mínima de 22 años. La mediana fue de 53 años. El principal motivo por el cual los pacientes acuden a la farmacia para medirse la tensión arterial fue por razón médica (41,86%), seguido de motivo rutinario (25,58%) y sintomático (18,60%). El 51,16% de los pacientes que pidieron el servicio seguía un tratamiento para la hipertensión. Dentro de los pacientes tratados, el 16,28% no fue controlado, cifra que podría derivar de una falta de adherencia al tratamiento. Dentro del grupo de paciente sin tratamiento instaurado, el 16,28% tenía cifras de tensión encima de las normales y el 6,98% de los casos se derivó al médico por cifras de tensión demasiado altas.
Conclusiones: el farmacéutico por su formación, profesionalidad y su accesibilidad puede contribuir al control de la tensión arterial de la población ambulatoria analizando las cifras de forma correcta, derivar a los pacientes al médico en caso de necesidad y detectar una posible falta de adherencia al tratamiento gracias a un método fácil y rápido que es la medida de tensión. Con la incorporación del farmacéutico en la detección de cifras de tensión altas, se puede llegar a bajar los accidentes cardiovasculares en España.