JUSTIFICACIÓN
La prevalencia de demencia en 2010 fue de 35.6 millones (3), se estima que para 2030 aumente a 82 millones y en 2050, hasta 152 millones. En España, la prevalencia en personas entre 40 y 65 años es de 0.05% mientras que en personas mayores de 90 llega hasta el 39.2%. El aumento de la esperanza de vida y el abordaje terapéutico de las enfermedades cada vez más prevalentes y con mejor pronostico, hacen de la demencia un punto imprescindible a la hora de ofrecer calidad de vida a la población anciana. La detección precoz del DC debe de ser una prioridad de salud publica.
OBJETIVOS
- Valorar los parámetros nutricionales en pacientes con queja subjetiva de memoria
- Estudiar las diferencias nutricionales entre pacientes desnutridos, nutridos y malnutridos
METODOLOGÍA
Mediante un cribado de pacientes con queja subjetiva de memoria desde la farmacia comunitaria, se recogieron datos nutricionales como la adherencia a la dieta mediterránea, datos antropométricos de cada paciente, se les realizó un cuestionario de frecuencia de alimentos, así como el cuestionario MNA corto. Además de una recogida de datos del estilo de vida de los pacientes. Además,, se les realizaron tres test de deterioro cognitivo, así como un test de depresión.
RESULTADOS
Se observó que algunos pacientes con resultados positivos para al menos uno de los test de deterioro resultaban en el MNA con riesgo de desnutrición. Además, otros pacientes con resultados positivos para alguno de los test de deterioro, resultaba con un IMC por encima de 25, lo que sugiere una malnutrición por exceso.
Se relacionaron distintos parámetros de estilo vida con la nutrición y los resultados positivos en los test de deterioro.
La depresión puede jugar un papel clave en el desarrollo del deterioro cognitivo.
CONCLUSIONES
1. La malnutrición es un factor de riesgo para el desarrollo del deterioro cognitivo.
2. Estudiar, no solo la pérdida de peso y deficiente nutrición, si no un elevado consumo de alimentos nos ayudará a revelar una malnutrición que podría actuar como factor de riesgo del deterioro cognitivo y posterior demencia.