INTRODUCCIÓN: los psicofármacos han sido uno de los grupos farmacológicos más prescritos y consumidos en la mayoría de países desarrollados en los últimos años. La alta prevalencia de patologías como la depresión, la ansiedad o los trastornos del sueño suponen ya un importante desafío para la Salud Pública, situación que se ha visto agravada por la pandemia COVID-19. Un estudio de la AEMPS corrobora esta tendencia al mostrar que el consumo de ansiolíticos se incrementó un 57,4% durante el periodo 2000-2012, mientras que el de antidepresivos fue del 200% durante la década 2003-2013.Actualmente, los hipnótico-sedantes son los medicamentos más consumidos en España.
OBJETIVOS: el objetivo de este estudio es conocer si existe un abuso o uso inadecuado de antidepresivos, ansiolíticos e hipnótico-sedantes en estos procesos.
MATERIAL Y MÉTODOS: se ha llevado a cabo un estudio descriptivo transversal de tipo observacional a través de un cuestionario anónimo ofrecido a todos aquellos pacientes que quisieron participar durante los meses de junio a septiembre de 2021 mediante dos vías: el momento de la dispensación en Farmacia Comunitaria y a través de Google Form®; alcanzando un total de 157 participantes. El criterio de inclusión fue el consumo de al menos un fármaco para el tratamiento de la ansiedad, depresión o trastornos del sueño, siendo seleccionados 88 pacientes. El tratamiento de datos fue realizado con Microsoft Excel®.
RESULTADOS: el 56 % del total de los participantes ha consumido psicofármacos alguna vez, de los cuales el 30 % sin prescripción médica. La mitad de los pacientes en tratamiento con estos medicamentos olvida alguna toma, mientras que el 23 % modifica dosis y posología según sus síntomas. Además, el 63 % abandona su tratamiento cuando se encuentra mejor y sólo el 36 % presenta una adherencia adecuada. Por otro lado, la prescripción exclusiva de psicofármacos sin apoyo clínico desde Atención Primaria asciende al 61 % y sólo al 7 % se le ha ofrecido un seguimiento con un especialista en salud mental (Psiquiatra o Psicólogo Clínico).
CONCLUSIONES: tras la pandemia de LA COVID-19, el 85 % afirma que su salud mental se ha visto afectada notablemente. El consumo de psicofármacos actual es elevado. Además, su uso y adherencia no son en la mayoría de los casos los deseados. Nos encontramos ante un problema de Salud Pública complejo que requiere una intervención multidisciplinar. En este marco, el farmacéutico comunitario es el eje de unión entre el paciente y la atención primaria u hospitalaria, siendo clave en el uso adecuado de estos medicamentos.