PRESENTACIÓN DEL CASO: cliente polimedicado no habitual de la farmacia antes del inicio del servicio SPD(02/21) tras detectar en dispensación una elevada falta de adherencia. Tras 9 meses de seguimiento, dada la situación clínica del paciente tanto en lo que respecta a su patología médica psiquiátrica (comorbilidad psiquiátrica, elevada impulsividad y riesgo de mal uso de fármacos) como no psiquiátrica, y la aparición de un nuevo diagnóstico en otoño 2021 (riesgo vascular elevado y daño cerebral instaurado), nos planteamos nuevos objetivos terapéuticos.
ANTECEDENTES: paciente varón de mediana edad (46 años) jubilado desde hace un par de años a causa de la depresión. Seguido desde la unidad de salud mental (USM) desde hace 5 años, así como por la unidad de adicciones, el hospital de día y por el psiquiatra de su aseguradora privada a las que acude solo, por situación familiar compleja. Diagnosticado de depresión y múltiples patologías psiquiátricas el pasado otoño tras ingreso por episodios de síncopes de repetición en medicina interna en hospital privado, se le diagnosticó de diversos factores de riesgo vascular graves y daño cerebral instaurado con inicio de deterioro cognitivo.
RESULTADOS: en los primeros 9 meses de seguimiento se ha conseguido evitar la disponibilidad de fármacos no prescritos en su domicilio, el acceso no supervisado al tratamiento, facilitar la adherencia a través del Servicio de SPD (Consenso SEMERGEN-SEFAC), el contacto y coordinación entre la farmacia comunitaria, la familia y sus diferentes especialistas (ámbito ambulatorio, privado y hospitalario), así como reconducir y reutilizar la medicación acumulada previa al inicio del Servicio SPD (1800 comprimidos con un coste > 1.300€). Ante el nuevo diagnóstico, es especialmente acuciante la simplificación de la pauta de tratamiento y por tanto se plantean con este paciente los objetivos a medio largo plazo de alcanzar un mínimo control de la sintomatología psiquiátrica que genere más disfunción, a la vez que minimizamos el daño de los posibles secundarismos e interacciones farmacológicas potenciales de aquellos con respecto a su patología orgánica no psiquiátrica actual.
CONCLUSIONES: la supervisión estrecha del tratamiento en su medio más cercano (familiar ausente), en este caso a través del servicio SPD con su farmacia comunitaria, está facilitando un cambio en la estrategia psicofarmacológico más rápido y controlado, supervisando estrechamente cumplimiento y facilitando la comprensibilidad de las pautas de retirada e inicio de aquellos. Se han minimizando a la vez los riesgos de mal uso de los tratamientos y mejorado sus resultados en salud.